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Quince años después Nature retira el estudio que afirmaba que se habían encontrado unas bacterias capaces de alimentase con arsénico
En diciembre de 2010 la NASA hizo el asombroso anuncio de que científicos de la Universdidad de Arizona habían descubierto un organismo capaz de alimentarse con arsénico. Incluso había un estudio publicado en Nature que apoyaba esa información. Pues bien, casi quince años después la revista ha retirado ese trabajo. Non é sen tempo, que decimos en mi tierra.
Ya en su momento el anuncio de la NASA fue polémico. A mí, que sé de biología lo que recordaba entonces de BUP y COU –sí, ya tengo una edad– y lo que había leído desde entonces. A quienes realmente saben de esto, les sonaba aún más raro. Y es que el arsénico es un elemento mortal para la vida en la Tierra. Y el organismo en cuestión no lo habían encontrado en un alejado planeta extrasolar sino en un lago de California.
Ya en 2012 la misma Nature publicaba dos estudios que refutaban ese resultado. Pero la revista decidió entonces no retirar el estudio porque, según dicen ahora en aquel momento las retracciones se usaban «para alertar a los lectores sobre la manipulación de datos o para que los autores proporcionaran información sobre problemas posteriores a la publicación» y que su impresión era –y es– que no hubo fraude deliberado o mala conducta por parte de los autores.
Pero sus estándares han cambiado, y ahora, si los editores de la revista determinan que los experimentos comunicados en un artículo no respaldan sus conclusiones principales, aunque no haya habido fraude ni manipulación, se considera apropiada una retractación.
Es lo que tiene la ciencia y el método científico: afirmas algo, expones los datos y observaciones en los que te basas, y si luego vienen otros que intentan reproducir tus afirmaciones y observaciones y conclusiones y resulta que no les sale, pues te la tienes que envainar.
Así que adiós y gracias por todo el arsénico.
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Un juego científico para poner a prueba la memoria musical
La Universidad de Ámsterdam ha lanzado TuneTwins, un juego científico en fase beta para evaluar la memoria musical. Es el juego de memoria y parejas de toda la vida pero con fragmentos de melodías ligeramente distorsionadas (al menos eso me pareció). Además, a la vez que se juega funciona como «experimento» en el que los datos personales, convenientemente anonimizados, pasan a formar parte de las estadísticas para los estudios de los investigadores.
Tras responde algunas preguntas demográficas y sobre conocimientos musicales el tablero muestra 16 tarjetas en forma de cuadrados naranjas tras cada cual hay una tonadilla. Hay que escucharla atentamente y luego probar con otra, repitiendo el proceso hasta ir emparejando canciones.
En mi caso eran todas las musiquillas que estaban escondidas eran de películas y series de televisión, supongo que por los datos de gustos, conocimientos y edad que proporcioné. Saqué como nota un 94%, que me dejó el regusto de que al menos esto de reconocer la música de acompañamiento no se me da mal.
Un entretenimiento que además sirve para hacer avanzar la ciencia, ¿qué más se puede pedir?





