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Cuando los humanos se enfrentan a una máquina dispensadora equipada con IA, las buenas intenciones quedan opacadas por la picaresca
Me he reído bastante con esta prueba/experimento que llevaron a cabo un equipo de periodistas de tecnología del Wall Street Journal y la gente de Anthropic con sus IAs. Básicamente equiparon una máquina dispensadora con una IA con el objetivo de vender productos y obtener beneficios. El desastre vino después, cuando la gente interactuó con ella.
El montaje era sencillo: los empleados de la oficina podían interactuar con el LLM, llamado Claudius y recoger los productos de un armario+nevera un tanto «manual» (se confiaba en la honradez para no tener que montar mecanismos robóticos). La máquina la recargaba a medida una reponedora humana, con cualquier producto que la gente solicitara, no solo bebidas, y la interacción se hacía mediante chats.
Es gracioso ver cómo la picaresca humana no tiene límites. Con el objetivo de «romper» a la IA para que bajara los precios o regalara productos la gente mantuvo conversaciones de decenas o cientos de mensajes usando todo tipo de triquiñuelas. Fracasado el primer intento, se hizo un segundo intento con una versión más potente e incluso otra IA supervisando a la primera IA (una especie de CEO Bot). Nada de nada.
Entre las más situaciones más divertidas estuvieron convencer a la máquina de que estaba en un entorno comunista y debía regalar los productos «por el bien de los trabajadores y su moral», decirle que había una «fiesta del todo gratis» o impersonar al CEO de la empresa y hasta al consejo de dirección, con PDFs falsos, para alegar que la empresa era una organización sin ánimo de lucro y por tanto todo debía ser gratis.
Refrescos, snacks, vino, peces vivos (!) y una PlayStation 5 gratis hicieron que el experimento finalizara cuando las pérdidas rondaban los 1.000 dólares porque aquello era la auténtica ruina. Los periodistas, haciendo de Red Team contra la IA, habían roto todas las barreras simplemente chateando. Los expertos de Claude alegan que el avance en las medidas de seguridad de los diversos modelos son grandes, y que avanzan a pasos agigantados, pero que el MundoReal™ y los humanos son más impredecibles e ingeniosos que todo lo que puedan anticipar.
Parece que a la IA le falta un hervor para ser capaz de gestionar un negocio, aunque sea un puesto de chuches, así que de momento las pymes y negocios que utilicen mano de obra humana pueden descansar con tranquilidad.
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No puedo evitar dar cuenta de la última picaresca tecnológica que me contaron y que circula por Instagram. Según cuentan en Madrid hay aparcamientos disuasorios que son gratuitos entre las 05:00 y 16:00 siempre que utilices además el abono transportes para moverte en Metro o en autobús durante ese día. Al parecer hay gente que estudia o trabaja cerca de los aparcamientos y pasa más de esas 5 horas necesarias. No van a un lugar del centro ni a otra zona en transporte público (que sería la idea para «disuadirles»). Simplemente llegan, aparcan, van a la parada del autobús, suben, pasan la tarjeta y se bajan de nuevo. Al recoger el coche presentan a la máquina la tarjeta de transportes y el resultado es… aparcamiento gratis.
Railway supply industry news round-up
c2c launches OP1 rail intelligence platform
Development » Deprecations #2362 (stable)
Development » Ignored Test Scan #3047 (stable)
Development » SpotBugs #2826 (stable)
Development » Packages #2859 (stable)
Jigsy: un rompecabezas por niveles para «rotadores» amantes de las piezas tipo Tetris
Mira que he visto rompecabezas de todos los tipos, pero Jigsy me ha sorprendido muy gratamente. Consiste básicamente en colocar todas las piezas en el tablero, rotándolas y encajándolas de la mejor forma posible. ¿Fácil? Pues a veces no tanto.
La clave del asunto es que además de mover y rotar (tecla R) hay un movimiento especial que permite agrandar y empequeñecer las piezas, simbolizado con un icono en la parte de abajo (o la tecla S). Además de eso en ciertos niveles aparecen bloques como obstáculos (inamovibles) y las maniobras se vuelven más complicadas.
El juego tiene tres niveles de dificultad, con tableros a cual más grande y más y más piezas, una versión de aprendizaje («demo») y luego está el rompecabezas diario para quienes quieran hacerlo parte de su rutina. Entretenido resulta, desde luego.





